Sociedad

ESTE DOMINGO NOS LEVANTAMOS CON LA HORA CAMBIADA.

Candelaria, a 26 de octubre de 2025.- Una vez más, como cada último fin de semana de octubre, el invierno se anuncia con un regalo para los madrugadores y los amantes de dormir un poco más. Esta madrugada, los relojes se retrasarán una hora, dando oficialmente la bienvenida al horario de invierno. Un gesto simple que, sin embargo, conlleva implicaciones en nuestro organismo, nuestra rutina y, en teoría, en el consumo de energía.

El cambio se producirá a las 03:00 horas de la madrugada del sábado al domingo. En ese momento, habrá que retrasar todos los relojes manuales hasta las 02:00. La mayoría de dispositivos electrónicos como teléfonos móviles y ordenadores suelen actualizarse de forma automática, pero es un buen momento para revisar relojes de cocina, microondas o esos despertadores analógicos de la mesilla de noche. El famoso lema «Spring forward, Fall back» («Avanza en primavera, retrocede en otoño») es la regla mnemotécnica perfecta para recordarlo.

El «regalo» de sesenta minutos

La consecuencia más inmediata y celebrada por muchos es que, efectivamente, ganaremos una hora de sueño. Quienes se acuesten a su hora habitual el sábado podrán disfrutar de sesenta minutos extra de descanso. Sin embargo, este «regalo» tiene una contrapartida: anochecerá más temprano por las tardes. Las tardes de luz solar se acortarán de golpe, un cambio que muchas personas notan de forma significativa, pudiendo afectar al estado de ánimo.

La justificación histórica de este cambio de hora, que se aplica en todos los países de la Unión Europea de forma sincronizada, ha sido siempre el ahorro energético. La teoría es que al adaptar la actividad humana a las horas de luz solar, se reduce la necesidad de iluminación artificial, especialmente por las tardes.

No obstante, este argumento lleva años en entredicho. Diversos estudios cuestionan la magnitud real de este ahorro en la era moderna, argumentando que es mínimo o incluso nulo cuando se contrarresta con un mayor uso de calefacción por las mañanas, que amanecen antes. Este debate ha llevado a la Unión Europea a plantear en varias ocasiones la posibilidad de eliminar el cambio horario y que cada estado miembro elija entre quedarse con el horario de verano o el de invierno de forma permanente, una decisión que de momento sigue en un punto muerto.

Aunque retrasar el reloj es menos brusco para el organismo que adelantarlo, nuestro reloj interno (ritmo circadiano) puede notar el cambio. Para facilitar la adaptación, los expertos recomiendan:

  1. Mantener la rutina: Intenta acostarte y levantarte a tu hora habitual.
  2. Exponerte a la luz solar: Aprovecha la luz de la mañana, que ahora llegará antes, para ayudar a resetear tu reloj biológico.
  3. Evitar las siestas largas: Para no interferir con el sueño nocturno.
  4. Realizar algo de ejercicio durante el día, pero no demasiado cerca de la hora de dormir.

En definitiva, este domingo amanecerá y anochecerá más temprano. Es el recordatorio de que el otoño está en su punto álgido y el invierno está a la vuelta de la esquina. Disfruta de esa hora extra, ya sea para dormir, leer o simplemente para un café tranquilo, y prepárate para abrigarse bien y encender la luz un poco antes cada tarde.

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