GÜÍMAR LLEGA TARDE ANTE EL DETERIORO DE SU PATRIMONIO CULTURAL.

Güímar, a 03 de septiembre de 2025.- El Colectivo Imastanen lleva meses alertando del deterioro progresivo de un valioso yacimiento arqueológico en Güímar. A pesar de las reiteradas denuncias ante la anterior corporación municipal, no se adoptaron medidas efectivas para su protección. La falta de señalización y el tránsito de vehículos sobre el área habían agravado el deterioro de los grabados rupestres, dañando este patrimonio irreemplazable.
Fue solo tras la visibilización del caso en los medios de comunicación cuando se produjeron los primeros movimientos. David Román, responsable del Área de Patrimonio y Cultura del actual Ayuntamiento de Güímar, confirmó que, como respuesta a la alerta emitida hace dos días por nuevos daños detectados, se ha procedido al balizado y colocación provisional de vallas plásticas en el perímetro del yacimiento.
Esta situación en Güímar refleja una problemática sistémica en la gestión del patrimonio en Canarias. Con demasiada frecuencia, las administraciones actúan cuando el deterioro ya se ha consumado, ya sea por actos vandálicos, desprecio o simple ignorancia.
La Ley de Patrimonio Cultural de Canarias establece el marco para la protección de estos bienes, pero la aplicación efectiva choca con la falta de recursos y, en ocasiones, de voluntad política. El resultado es que joyas arqueológicas como el yacimiento de Güímar permanecen en un estado de vulnerabilidad extrema hasta que el daño es ya evidente e, en muchos casos, irreversible.
El clamor por una política patrimonial integral.
Desde el Colectivo Imastanen han expresado su agradecimiento por la rápida, aunque provisional, respuesta de la administración local actual. No obstante, subrayan que estas medidas son claramente insuficientes.
«Nos piden impulsar una política integral de protección del patrimonio indígena«, explica Román. Esta política debe concretarse en:
- La actualización urgente de la carta arqueológica municipal.
- El diseño de planes de protección específicos para cada yacimiento.
- Una equiparación real en la atención pública entre el patrimonio arquitectónico colonial y el patrimonio cultural guanche, que ha sido históricamente postergado.
La desprotección que sufre el patrimonio cultural no es muy diferente de la que padece el patrimonio natural canario. Según un manifiesto respaldado por múltiples asociaciones conservacionistas, los espacios naturales de las islas sufren una «tremenda presión» por el uso público desbordado y comportamientos que incumplen la normativa de protección .
La analogía es pertinente: al igual que ocurre con los yacimientos arqueológicos, la vigilancia y conservación de los espacios naturales es insuficiente. El manifiesto señala «ejemplos sangrantes», como el Parque Nacional del Teide, que con más de cuatro millones de visitantes anuales, es controlado por solo cinco agentes de medio ambiente . Esta falta de recursos condena a ambos tipos de patrimonio a un estado de vulnerabilidad permanente.
Más allá de las vallas: hacia un compromiso firme y sostenido.
Las vallas plásticas instaladas en el yacimiento de Güímar son un primer paso, un parche provisional que evita un daño mayor a la espera de soluciones definitivas. El verdadero éxito radicará en que estas primeras acciones supongan el inicio de un compromiso firme y sostenido con la salvaguarda y puesta en valor del legado indígena del municipio.
Esto implica facilitar su estudio, preservación y una divulgación respetuosa que fomente el orgullo y la concienciación entre la ciudadanía. Proteger el patrimonio no es solo una obligación legal; es un acto de justicia histórica y una responsabilidad con las generaciones futuras, que merecen conocer y comprender las raíces profundas de la tierra que habitan. La alerta en Güímar debe servir como llamamiento para cambiar un modelo de gestión que, hasta ahora, ha llegado demasiado tarde.