TRABAJADORES DE PRIMERA Y DE SEGUNDA EN EL AYUNTAMIENTO.

Candelaria a 3 de abril de 2025.- Mientras los empleados de la administración local ejercen su jornada laboral desde casa gracias al teletrabajo, otros trabajadores, en su mayoría adscritos a convenios, se ven obligados a acudir presencialmente a sus puestos. Esta situación ha puesto en evidencia las desigualdades laborales dentro de las instituciones públicas, donde parece haber empleados de primera y de segunda.
Dos velocidades en el mismo ayuntamiento
Fuentes internas señalan que gran parte del personal administrativo del Ayuntamiento de Candelaria ha sido autorizado a trabajar a distancia, alegando motivos organizativos o incluso de preferencia personal. Sin embargo, otros colectivos, como el personal de servicios o aquellos regulados por convenios, no tienen esa opción y deben presentarse físicamente en sus centros de trabajo.
«Es indignante que unos puedan quedarse en casa mientras otros, con menos derechos, tengamos que venir sí o sí, incluso en las mismas condiciones de riesgo o carga familiar», denuncia un empleado municipal que prefiere mantener el anonimato.
La discrepancia ha reabierto el debate sobre las diferencias en las condiciones laborales dentro de la administración pública. Mientras algunos funcionarios y contratados disfrutan de flexibilidad horaria y beneficios como el teletrabajo, otros empleados, a menudo con contratos más precarios o bajo convenios sectoriales, carecen de estos privilegios.
Desde el Ayuntamiento no se ha emitido un comunicado oficial explicando los criterios para determinar qué puestos pueden acogerse al trabajo remoto y cuáles no. Sin embargo, fuentes cercanas a la corporación sugieren que la decisión responde a «la naturaleza del puesto» y no a un intento de discriminación.
El contraste ha generado malestar entre los empleados que se sienten perjudicados. «Si el teletrabajo es posible para unos, ¿por qué no para todos? Esto solo demuestra que hay dos categorías de trabajadores, y no se nos trata igual», reclama otra empleada del consistorio.
Algunos sindicatos ya han mostrado su disposición a intervenir, exigiendo transparencia en la aplicación de medidas de flexibilidad laboral y advirtiendo de posibles acciones si no se equiparan las condiciones.
Mientras tanto, la dualidad entre quienes trabajan desde el sofá de casa y quienes deben desplazarse cada día sigue siendo un recordatorio de que, incluso dentro de lo público, no todos los trabajadores son iguales.