LAS CARAVANAS OCUPAN LA AVENIDA MARÍTIMA Y LA HACEN SU CASA.

Candelaria a 27 de febrero de 2025.– La avenida marítima de Candelaria, uno de los puntos más emblemáticos del municipio, se ha convertido en los últimos tiempos en un escenario de controversia debido a la presencia masiva de caravanas que ocupan la vía pública de manera indiscriminada. La mayoría de estos vehículos pertenecen a extranjeros que, aprovechando la falta de regulación estricta, estacionan en espacios públicos a su antojo, generando malestar entre los vecinos y dificultando la circulación normal de tráfico.
Lo que más ha llamado la atención no es solo la ocupación de estas zonas, sino la forma en la que lo hacen. Muchas de estas caravanas aparcan de manera poco solidaria, dejando amplios espacios entre unas y otras, lo que impide que otros vehículos puedan utilizar los lugares disponibles. Además, los ocupantes de estas caravanas han convertido la vía pública en una especie de «patio de su casa», utilizando el espacio para actividades cotidianas como tender ropa, colocar mesas y sillas, o incluso realizar barbacoas, algo que ha sido denunciado por los residentes de la zona.
Pero el problema no termina ahí. Algunas de estas caravanas llevan semanas, e incluso meses, estacionadas en el mismo lugar, lo que ha llevado a muchos a cuestionar si se trata de un simple estacionamiento o de un caso de acampada ilegal. Recordemos que aparcar no es lo mismo que acampar, y la normativa municipal prohíbe expresamente el uso de la vía pública para fines distintos a los de estacionamiento temporal.
Los vecinos de Candelaria han expresado su malestar ante esta situación, argumentando que la presencia de estas caravanas no solo afecta la estética del lugar, sino también la convivencia y la seguridad vial. «Es como si la calle fuera suya. No respetan las normas, ocupan espacios que no les corresponden y encima se quedan aquí durante semanas», comentó un residente que prefirió mantenerse en el anonimato.
Ante esta situación, las autoridades locales se encuentran en una encrucijada. Por un lado, deben garantizar el derecho de los turistas y visitantes a disfrutar de la localidad, pero por otro, tienen la obligación de velar por el bienestar de los vecinos y el cumplimiento de las normas. Hasta el momento, se han realizado algunas inspecciones y se han impuesto multas, pero los residentes consideran que estas medidas no son suficientes.
Es urgente que se establezca un protocolo claro que regule el estacionamiento de caravanas en la vía pública, delimite los tiempos máximos de permanencia y sancione de manera efectiva a quienes incumplan las normas. Además, se debería habilitar áreas específicas para este tipo de vehículos, donde puedan estacionar de manera ordenada y sin afectar a los demás.
En conclusión, la situación en la avenida marítima de Candelaria es un reflejo de un problema más amplio que requiere una solución integral. La convivencia entre turistas, visitantes y residentes debe basarse en el respeto mutuo y el cumplimiento de las normas. Aparcar no es acampar, y es responsabilidad de todos garantizar que los espacios públicos se utilicen de manera adecuada y solidaria.