LAS CARAVANAS QUIEREN SU SITIO.

Candelaria, 23 de febrero de 2025 – Este pasado sábado, unas 350 autocaravanas recorrieron las principales vías de Tenerife en una protesta organizada para denunciar lo que sus conductores consideran una «discriminación» y una «persecución» por parte de las administraciones públicas. La movilización, que transcurrió sin incidentes, partió desde la estación de servicios El Gomero, en Las Chafiras, y culminó tras un recorrido que incluyó algunos de los puntos más emblemáticos de la isla.
La caravana de vehículos avanzó por la autopista del sur hasta llegar al Palmetum, en Santa Cruz de Tenerife. Desde allí, los conductores tomaron el túnel de la Avenida Tres de Mayo para incorporarse a la autopista del Norte y retomar el camino hacia el sur a través de la TF-2, que conecta de nuevo con Santa María del Mar. La protesta tuvo una réplica en Gran Canaria, donde aproximadamente medio millar de autocaravanas se sumaron a la causa, evidenciando el descontento generalizado en el archipiélago.
Los participantes en la concentración expresaron su malestar por lo que califican como una «persecución» sistemática hacia los usuarios de autocaravanas. Entre las principales quejas destacan la falta de áreas específicas para estacionar y pernoctar, las restricciones cada vez más frecuentes en espacios públicos y la imposición de multas que consideran desproporcionadas. «Nos sentimos criminalizados por simplemente querer disfrutar de nuestra forma de vida», afirmó uno de los participantes de la protesta.
Los conductores argumentan que las autocaravanas son una opción de turismo sostenible y que, lejos de ser un problema, contribuyen al desarrollo económico de las zonas que visitan. Sin embargo, denuncian que las administraciones no han sabido regular adecuadamente su uso, lo que ha derivado en una situación de «abandono» y «falta de respeto» hacia este colectivo.
La protesta ha puesto sobre la mesa un debate que lleva años latente en las islas. Mientras los defensores de las autocaravanas reclaman más espacios adaptados y una normativa clara que regule su actividad, algunos sectores de la población y las administraciones locales han mostrado su preocupación por el impacto que estos vehículos pueden tener en el medio ambiente y en la convivencia en zonas turísticas.
En respuesta a las movilizaciones, representantes de los colectivos de autocaravanas han anunciado que mantendrán la presión sobre las instituciones para lograr un diálogo que permita encontrar soluciones consensuadas. No piden privilegios, solo igualdad y respeto.
Mientras tanto, la protesta de este sábado ha demostrado la capacidad de movilización de este sector y ha dejado claro que el malestar entre los conductores de autocaravanas no es un asunto aislado, sino un problema que requiere atención inmediata por parte de las autoridades. El debate está servido, y parece que las autocaravanas no pasarán desapercibidas en el futuro próximo.